Se llamará GALGO

De la camada del 2015, Gauduna, Zizpitaduna ta' Printsesduna KATIUAK *ES 2015, no hay entradas en el blog, porque las reservas se concretaron antes de nacer y estuve muy pillada de tiempo. Las entradas se trasformaron en correos personales a las familias. Las fotos y los vídeos son tan hermosos como de costumbre. Lo subiré, igual todo en una única entrada; será larga, pero chula.

De la camada del 2016, Burbuxaduna, Tximistaduna ta' Hasiduna KATIUAK *ES 2016 no hay entradas y sí algún borrador, pero poco formado y bastante escueto. Me podía la pena. Lucca estaba enfermo. Y ellas eran un pequeñito consuelo.

Alguna vez he escrito que tengo una deuda infinita e insaldable de amor con Zuri. Sé que este año le he fallado un poquito, un mucho, por no haberme puesto las pilas para encontrar a las familias de las azulitas. Llegarán, Zuri. Encontraré a sus familias. Se irán de casa crecidas y locas, pero para hacer y ser muy felices.

Vuelvo a Lucca. Tuve que matarle en agosto. ¿Suena mal? Es así. Puedo escribir sacrificarle, puedo escribir llevarle a que le pusieran la inyección. No importa. Recuerdo sus ojos. Y recuerdo su cabecita. Y recuerdo el tacto de su pelo. Y tuve que matarle.

Nada te prepara para esto, nadie puede prepararte para esto.

En un momento de mi vida muy especial, con mi bebé primero en la incubadora y luego, durante dos meses, en planta, tuve la oportunidad de leer, entre otros libros, 'Diario De Una Buena Vecina' (Doris Lessing, 1983) Pasado el tiempo, la vida me ha llevado, desde hace ya más de 13 años, a cubrir mis necesidades materiales y las de mi familia como auxiliar de enfermería. La eutanasia, entendida como el derecho a morir con dignidad, en humanos, es una cuestión que más temprano que tarde tendremos que abordar y legislar en nuestro entorno occidental.

Para nuestras mascotas, tenemos esa posibilidad cuando se termina su calidad de vida y la de toda la familia, de paso, cuando no hay posibilidades de recuperación por la patología o el temperamento del animal, cuando su sufrimiento no sirve para nada, no va a ningún lado; hay que pensar en ellos y no en nosotros. ¿Os imagináis que por nuestros sentimientos, nuestro amor, ellos sufrieran innecesariamente, interminablemente? Qué crueldad

Sería éste también un buen momento para aportar al post la diferenciación que sobre querer y amar hace Antoine de Saint-Exupéry en El Principito, pero voy a dejarlo que va a quedar demasiado largo...

Tenemos la suerte, bendita y maldita suerte, de poder no ya decidir por nuestros peludos sino de evitarles dolor y sufrimiento, ¿cómo negarnos?

Pero, racionalízalo lo que quieras, nada te prepara para esto, nadie puede prepararte para esto. El corazón tiene razones que la razón no entiende y la vida es un dejar ir.

Todavía no tengo otro perro. Aún duele demasiado y las estrellas no se han alineado. Es casi seguro que no será un afgano, no sé. Pero es casi seguro que será un GALGO, sí sé.

SE LLAMARÁ GALGO...

Cuenta la leyenda que un día ventoso, un indio de la llanura aburrido por no poder salir a cazar, lanzó una flecha contra el viento.
Al ver la osadía del indio, el viento trató de detener la flecha pero esta parecía decidida y nada detendría su vuelo limpio y directo al corazón del bosque.
-Viento, porque deseas detenerme, no ves que soy libre!
-Eres más veloz que yo y eso no puedo permitirlo, soy EL VIENTO !!!
-Pronto mi vuelo se detendrá en el corazón de algún árbol y dejaré mi existencia para siempre clavada entre sus anillos, déjame seguir mi destino. – Sollozó resignada la flecha.
El viento sintió compasión entonces cambió de dirección y llevó a la flecha más alto y más lejos, se hicieron amigos, juntos cruzaron el bosque, mares, montañas, observaron cómo los hombres vivían sus vidas monótonas y absurdas, siguiendo las reglas que él mismo se impuso, volaron entre los patos e iniciaron en el vuelo a los pichones de águila en una cumbre de los andes. Así soplando entre las plumas de los otros seres que vivían en el viento, la flecha se enamoró de él, nunca se separaron.
Una noche mientras el viento soplaba sobre una danza aborigen en la llanura se confesaron su amor, el viento sopló como nunca y la flecha se detuvo flotando en las nubes, y se amaron….
De este amor nació un hijo delgado como el cuerpo de la flecha, veloz como el viento, ojos enormes que surcaban el horizonte trazando nuevos rumbos, salvaje y dócil, decidido y sumiso.

-Lo llamaremos GALGO, susurró el viento…
- Solo pudimos darle tu velocidad y mi libertad, no le dimos carácter, no será feroz, no podrá defenderse!!!!! - Dijo la flecha preocupada.
- Será tan veloz que nadie podrá cazarlo, nadie podrá esclavizarlo, confiemos en que la naturaleza del hombre será compasiva con esta criatura, pues es única en sus dones y carácter. Tendrá hijos y serán enviados a distintos lugares de la tierra, desparramados como yo llevo las semillas de las flores por todo el campo y el bosque, será libre, y llevará el amor a cada rincón de esta tierra. Lo conocerán reyes, faraones, su belleza será envidiada por los dioses, su raza cruzará mares y océanos, vivirá en las montañas y llanuras, vivirá en los hogares y quien los conozca serán condenados a desear igualar el amor que hay en sus ojos.
Sí, eso es, se llamará GALGO.
                                         (Anónimo, que yo sepa)

Duérmete, abuelo, duérmete, que ya no voy a tirarte más de la correa para que camines.

Sé que en algún otro ordenador, móvil, tengo más fotos y más chulas. Las busco y cuando las tenga, vuelvo a editarlo o republico el cuento con esas otras fotos.

Gracias al Centro Veterinario Malpica de Nájera por su humanidad para acompañarnos durante esos momentos. A los participantes del grupo de Facebook GALGO AFGANO (España)

Y en último y más importante lugar de todos, gracias una vez más, Rafa de JATABE, por mi perro.