El nogal de mi abuelo: KATIUAK *ES 2019

Éste no es, ¿vale? Éste no es el nogal de mi abuelo. Pero mientras de mi álbum familiar o del de mis primos sale alguna imagen, nos sirve.

Hace poco más de un año, un almendro florecido ilustraba otro post. Pero este febrero le toca a un nogal ser el árbol. En algunas culturas del norte de Europa es el árbol que se planta çuando nace un niño; entre griegos y sus herederos romanos se lo tenía por nexo entre la vida y la muerte y a mí me sirve a la par para recordar a mi abuelo y dar la bienvenida a l@s KATIUAK *ES 2019.

Cuando pasen los años, muchos años, y mis padres y mis suegros ya no estén, ¿que recordarán mis hijos de sus abuelos? Mucho más que yo de los míos porque han tenido la suerte de poder disfrutalos mucho más tiempo, muchas más veces y, sobre todo, muchísimo mejor.

Pero aún recuerdo los ojos verdes de mi abuelo y algunas enseñanzas: 'Si se apaga la vela, Eva, bajando las escaleras de la bodega, corre a llamar a la abuela' o aquella otra de su maldita guerra: 'Con tu abuelo Antonio estuve en Bilbao y allí también hay hombres buenos'. Pero hoy recuerdo ésta:

En mitad del calor sofocante de agosto, la tierra de la noria era un oasis de frescor. Casi siempre era verano cuando fuimos a ver a mis abuelos. Allí, a la noria, recuerdo ir con el carro tirado por la burra o sólo con la burra a beber un agua que de fría hacía castañetear los dientes, a comer zanahorias recién sacadas de la tierra y a coger flores para mamá y la abuela.

Y recuerdo los nogales. Dos. Uno, imponente, con un tronco que no rodeaban mis brazos. ¡Pues se quedaba chiquito al lado del otro!.

Siempre me gustaron las nueces. En verdad, todas las frutas y frutos secos.

- Abuelo, ¿cuántas nueces da este árbol?
- Esta Navidad pocas comeremos...
- ¿Por qué?
- Porque los nogales dan cosecha buena cada dos años. Y la del año pasado fue buena.

Por supuesto, no se equivocaba. Ni en eso, ni en tantas otras cosas de antes y de mucho después de olvidarlo todo.

Os presento a l@s KATIUAK *ES 2019

Nacieron ayer, 24 de febrero, entre las seis y las ocho de la tarde. No es que creyese en la progresión geométrica de las camadas de mi gateta pero, si echáis para atrás en el blog podéis verlo, razones no me faltaban. Pero no. Ha pasado como con el nogal de mi abuelo, que será cada dos años. Y Hasi ha traído tres chiquitit@s, esta vez.

Siento la desilusión en vosotras, familias. Me ha costado varios vídeos y algunas horas haceros partícipes de la noticia. Pero, como hemos hablado, seguimos en contacto para más adelante. Y estos nanitos' crecerán más grandes y más fuertes. Más mimados, no. Es imposible.

¡¡Salud, EDDEM!!

Enlace de la página de donde obtuve la foto del nogal:
https://www.blogger.com/blogger.g?tab=jj&blogID=3719226362943864579#editor/target=post;postID=2953287022653242155;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=0;src=link

Y éstas son algunas de las flores favoritas de mi abuela, cosecha propia:

Deshaciendo la memoria... Vanesa Martín

La letra dice: Déjame que te deshaga la memoria...

Me permito retomar el blog con ella, por muchos motivos, de esos contradictorios, que me asombran y me conforman a partes iguales.

Digamos, por ejemplo, como primera contradicción, que no quiero deshacer ninguna memoria, sino seguir conformando la mía, y la vuestra, nuestra común, ésa que es este sencillo y obsoleto, ;) , blog.

Sigamos diciendo que llevo días con ese pensamiento, al fin, memoria: que ser ser, somos pensamientos mantenidos, recuerdos, memorias. Y claro, qué terrible la vida hermosa cuando empieza a robarse nuestro yo... No voy a desnudarme más, no es preciso. Gracias a la Vida, siempre hermosa, que nos dé mucho tiempo aún de recuerdos mantenidos en el tiempo, para sumar memoria.

Sigo desgranando motivos y memoria: Vanesa Martín es la banda sonora de mi divorcio con "El Tren De La Cordura". Luego ha generado muchos más pensamientos, algunos hasta  recuerdos, ;)

Pero la memoria, como la realidad, es ese cuento que nos contamos a nosotros mismos. Contémonos cuentos bonitos, ;)

Lo que sí es verdad, verdad verdadera, son vuestros y mis azulitos, l@s KATIUAK *ES, esas pequeñas máquinas de generar amor que comparten vuestra vida desde que lo decidisteis. Una vez más, cuántas sean precisas, gracias, familias, por cuidarl@s tan bien y por enseñármelo y enseñárnoslo.

Y gracias hoy, especialmente, a la familia de Zubiurdinduna KATIUAK *ES, Simba, por permitir que este peque entrara en su vida, se quedara y les deshiciera la memoria...

¿Por qué elegís KATIUAK de entre todos los afijos de Azul Ruso que hay? (Lo sé en los casos que me lo habéis querido compartir). Aceptáis mis particulares condiciones, distintas de las de otros criadores, y puestos a elegir, sólo os permito elegir sexo y no cachorrito. ¡Y hasta eso sois capaces de cambiar! Gracias por desdeciros, o ser contradicctorios, ;) , cuando es preciso.

La familia de Simba, a quien identifiqué en un principio como macho, quería una hembra, por distintos motivos, y por repetir, recordar y homenajear la memoria de otra gatita que disfrutaron antes. No debería haberse ido con ellos, entonces. Pero dejo en manos de los vetes confirmar el sexo de l@s cachorrit@s, ¿recordáis los emails? Y los vetes, humanos, al fin, también cometen errores. Y le pusieron sexo femenino. Zubiurdinduna, Shiva, se marchó, entonces, en vez de Nireeskutakoduna o de Harrigorriduna, que son los gatetes que a través de fotos y vídeos compartidos les habían prendado. Pero en su caso, eran la última reserva de sexo femenino. Y Nireeskutakoduna se había ido antes.

Pasaron los días y sus vetes desfacieron el entuerto. Y la familia de Simba ya, decidió que permaneciese con ellos, deshaciendo su memoria vieja o, mejor, contándoles un cuento nuevo, más hermoso si cabe, un cuento azul desde la casa KATIUAK *ES.

Mamá, dice Samu hace un minuto, no le queda nada a 'la Junior' (su particular manera de nombrar a Hasi), se le notan los gatetes ya.

Jeje, ya lo se, Samu. También yo me di cuenta esta mañana que uno de los peques está supersobresaliendo hoy. Puede cambiar de posición en cualquier momento pero ya no tienen mucho sitio ahí adentro.

Qué tengas una hora cortita,  Hasi.

¡¡Salud, EDDEM!!