lunes, 25 de febrero de 2019

El nogal de mi abuelo: KATIUAK *ES 2019

Éste no es, ¿vale? Éste no es el nogal de mi abuelo. Pero mientras de mi álbum familiar o del de mis primos sale alguna imagen, nos sirve.



Hace poco más de un año, un almendro florecido ilustraba otro post. Pero este febrero le toca a un nogal ser el árbol. En algunas culturas del norte de Europa es el árbol que se planta çuando nace un niño; entre griegos y sus herederos romanos se lo tenía por nexo entre la vida y la muerte y a mí me sirve a la par para recordar a mi abuelo y dar la bienvenida a l@s KATIUAK *ES 2019.

Cuando pasen los años, muchos años, y mis padres y mis suegros ya no estén, ¿que recordarán mis hijos de sus abuelos? Mucho más que yo de los míos porque han tenido la suerte de poder disfrutalos mucho más tiempo, muchas más veces y, sobre todo, muchísimo mejor.

Pero aún recuerdo los ojos verdes de mi abuelo y algunas enseñanzas: 'Si se apaga la vela, Eva, bajando las escaleras de la bodega, corre a llamar a la abuela' o aquella otra de su maldita guerra: 'Con tu abuelo Antonio estuve en Bilbao y allí también hay hombres buenos'. Pero hoy recuerdo ésta:

En mitad del calor sofocante de agosto, la tierra de la noria era un oasis de frescor. Casi siempre era verano cuando fuimos a ver a mis abuelos. Allí, a la noria, recuerdo ir con el carro tirado por la burra o sólo con la burra a beber un agua que de fría hacía castañetear los dientes, a comer zanahorias recién sacadas de la tierra y a coger flores para mamá y la abuela.

Y recuerdo los nogales. Dos. Uno, imponente, con un tronco que no rodeaban mis brazos. ¡Pues se quedaba chiquito al lado del otro!.

Siempre me gustaron las nueces. En verdad, todas las frutas y frutos secos.

- Abuelo, ¿cuántas nueces da este árbol?
- Esta Navidad pocas comeremos...
- ¿Por qué?
- Porque los nogales dan cosecha buena cada dos años. Y la del año pasado fue buena.

Por supuesto, no se equivocaba. Ni en eso, ni en tantas otras cosas de antes y de mucho después de olvidarlo todo.

Os presento a l@s KATIUAK *ES 2019




Nacieron ayer, 24 de febrero, entre las seis y las ocho de la tarde. No es que creyese en la progresión geométrica de las camadas de mi gateta pero, si echáis para atrás en el blog podéis verlo, razones no me faltaban. Pero no. Ha pasado como con el nogal de mi abuelo, que será cada dos años. Y Hasi ha traído tres chiquitit@s, esta vez.

Siento la desilusión en vosotras, familias. Me ha costado varios vídeos y algunas horas haceros partícipes de la noticia. Pero, como hemos hablado, seguimos en contacto para más adelante. Y estos nanitos' crecerán más grandes y más fuertes. Más mimados, no. Es imposible.

¡¡Salud, EDDEM!!

Enlace de la página de donde obtuve la foto del nogal:
https://www.blogger.com/blogger.g?tab=jj&blogID=3719226362943864579#editor/target=post;postID=2953287022653242155;onPublishedMenu=allposts;onClosedMenu=allposts;postNum=0;src=link

Y éstas son algunas de las flores favoritas de mi abuela, cosecha propia:









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