viernes, 16 de septiembre de 2011

Tedi katuaren txokoa, un nombre complejo para un espacio sencillo

Tedi katuaren txokoa, la esquina del gato Tedi.
Os cuento en esta entrada el principio de este nombre.
El principio fue Tedi.
Tedi, mi primer gato. No el primer gato de mi vida, y afortunada y maravillosamente ni mucho menos el último, pero sí mi primer gato.
Tedi era el gato de Toni, cuando le conocí. Pero luego pasó a ser el mío o yo suya, porque como ya sabéis, los gatos nos adoptan y no al revés.
No tengo muchas fotos de él. Y las que tengo las escaneo para esta oportunidad. Están en ese 'antiguo' formato papel; al fin, pertenecen a la primera parte de mi vida. La vida del lápiz y el papel, la vida de antes del ordenador y del divorcio, o de antes del divorcio y del ordenador, tanto monta...
Era un gatazo negro, brillante azabache de ojos verdiamarillos y pelo semilargo. Una  pequeña panterita casera. Siempre he creido que en su ADN convivían común europeo, siamés y azul ruso...
Digamos que al principio se celó y no hicimos demasiadas buenas migas. Creyó seguro que invadía su territorio, su cama, su dueño pero no pasó mucho tiempo antes de dormir en mi tripa, arañar únicamente mi lado del colchón para que me levantara a peinarle y darle el desayuno y maullar indignado cuando volvía a casa después de algunos días trabajando fuera.


¡Siempre es duro recorrer el álbum de fotos de tu vida!. Ya me quedé sin fuerzas para más hoy... Salgo.
Esto todo es en tu recuerdo, mi pequeño gran amigo.
Sé que vives conmigo desde hace más de diez años con otra forma y la misma energía y mala leche, pero a veces te añoro así, gatuno y felino. Sigues sacándome de mis casillas y sigues dándome tanto amor. Te quiero, cariño.
Mamá.
¡¡Salud!!

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