viernes, 1 de junio de 2012

Algo que escribí cuando Tedi se fue

Busco el texto concreto, ya sabéis, ese formato papel y cuando lo encuentre lo trascribo.
Hablaba del Equilibrio, equilibrio como Dios y venía a decir que cuando una luz se apaga otra se enciende...
Aquél fue un día muy duro que había comenzado muy pronto: Tedi malito toda la noche, Juanito dando vueltas en la tripa, Donosti, la Resi otra vez, lo que aquel médico dijo de Nahia durante la ecografia en 3D de Juan... que había comenzado muy pronto; me sentí sola después de mucho tiempo sin sentirme así, cuando el tren arrancó con Toni dentro y yo no había logrado, a pesar de los aspavientos, que él se percatara que mi presencia en la estación al otro lado del cristal...
-Tedi se ha quedado en la veterinaria, Toni, creo que se va a morir...

Pero se enteró después, mucho después en casa, porque siempre es mucho después cualquier atisbo de presencia o de cercanía cuando la soledad ya te ha hecho presa.

La soledad y el cansancio van de la mano. Creo que ese fue el primer momento de mi vida en que fui consciente de que el cansancio puede ir un poco más allá y llevarte a NO QUERER seguir caminando. Antes, dentro del agotamiento físico y mental, no había consciencia, deseo, era un dejarte llevar.


Es duro, ser testigo de cuando un amigo hace lo que puede pero se va apagando, es duro.

(Entrada escrita antes de las Navidades 2011-2012)

¡Hoy hay tantas nuevas luces en mi vida y en mi casa!.

Estos tres pequeñajos, revoltosos nos tienen locos. Pensaba que por ser mengüeantes, nacidos en luna mengüante, iban a resultar tranquilitos, paradillos... Ay, qué tonta, me olvidé que eran gatos.
P.D.: ya se han cargado el primer rollo de papel de baño, ¡los voy a colgar!

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